sábado, 23 de agosto de 2008

Desde el primer instante en el que esta guarrita latina nos ofreció en la calle una mamada, supimos que se trataba de una novata dispuesta a todo por unas monedas y con la cuál podíamos montarnos una buena fiesta. Al principio se la ve tímida, pero se nota en sus ojitos el hambre a polla y el deseo de una salvaje cabalgata.

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